Tras el último partido del Barcelona, la cantante colombiana y el futbolista se mostraron tomados de la mano y fueron fotografiados a la salida de un restaurante.
No hubo necesidad de más persecuciones por las calles de la Ciudad Condal, ni de montar largas y tortuosas guardias periodísticas en diferentes restaurantes o domicilios particulares.
Luego del encuentro del domingo pasado frente al Athletic de Bilbao, el defensor azulgrana abandonó las instalaciones de su club en dirección a un conocido restaurante.
El jugador era consciente de que varios fotógrafos lo perseguían en todo momento, pero eso no le importó en lo más mínimo.
Tras disfrutar de un sabroso ágape, Shakira y Piqué salieron del lugar tomados de la mano como cualquier pareja normal, pese a darse cuenta de la avalancha de medios de comunicación que estaban a la caza de una foto de ellos dos juntos.
Y finalmente los paparazzis consiguieron su objetivo, entre otras cosas, porque no hubo una huida, uso de puertas traseras o una salida a destiempo para evitar el acoso.
La prensa rosa al fin pudo tomar la imagen deseada, y con el detalle añadido de que ambos estaban tomados de la mano.
Nada de empujones, insultos, derrapadas o cualquier incidente por el estilo. Casi se podría decir que fue una semipose para los fotógrafos.
Shakira y Piqué están tratando de que su relación sentimental no interfiera en lo más mínimo en sus carreras profesionales.
El jugador del Barcelona lo sabe y ha tomado todo tipo de medidas para "blindarse" ante situaciones que puedan hacer tambalear su vital aporte al equipo en un momento clave de la temporada.
La difusión de la imagen del festejo de su cumpleaños junto a sus amigos, entre ellos Shakira, y las fotos facilitadas tras el partido frente al Athletic de Bilbao demuestran que el jugador y la cantante están intentando por todos los medios de mantener una relación con ciertos aires de normalidad.
Ambos están convencidos de que dosificando sus apariciones acabarán por diluir la enorme presión mediática que existe a su alrededor.
Una estrategia que algunos paparazzis cuestionan, alegando que no habrá "normalidad" hasta que alguien pueda ofrecer la imagen más buscada: el beso de la pareja. Fuente: Int.
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